CRÓNICA DE LUISILLO ESTEBAN En una pretemporada algo atípica, plagada de incertidumbre de cara al inicio competitivo, volvía a La Rioja el balonmano femenino, o lo que es lo mismo, regresaba a las pistas el Grafometal La Rioja, un equipo que, todo hay que decirlo, con la enorme plantilla que cuenta rebaja y mucho ese ambiente de duda que genera la situación en la que vivimos. A grandes rasgos las sensaciones fueron buenas, a la par de lo que fue sin ninguna duda la mejor noticia del choque: la ausencia de lesiones y contratiempos. Partiendo de esto el equipo jugó intenso y desplegando en muchos momentos un gran balonmano, a pesar de las imprecisiones típicas de todo comienzo. Nos encontramos en los prolegómenos de la temporada, por lo que tanto las conclusiones positivas -creo que mayoritarias- como las que quizás no lo fueron tanto, tienen que ser valoradas en ese contexto de preludio en el que estamos. Prudencia ante las expectativas y tiempo para los errores, los mismos en los que a buen seguro ya trabaja Manu Etayo y el cuerpo técnico, el mismo que ayer rotó mucho a un equipo sportiano que si algo transmitía era ilusión por tener de nuevo esa sensación de pega en las manos. Por ganas no iba a ser. Sobre el transcurrir del partido, éste estuvo de cara en todo momento, empezando por una retrasmisión que pudimos degustar por cortesía del club desde la grada, donde a falta de público, calidad no faltaba. Una calidad de las riojanas que poco a poco y de manera progresiva se fue adueñando del partido, desde el primer tanto anotado por Irati Holgado -volvía a lo grande con un enorme partido- hasta el último lanzamiento de Alba que el larguero repelió con fuerza y que evidenciaba, paralelamente a la dureza de su tiro, que la joven jugadora está en camino de seguir creciendo a pasos agigantados. Pero no nos vayamos aún al final, valga la redundancia, comencemos por el principio: Siguiendo con su particular "dar antes que recibir" Paula García asistía -ya se encargaría poco después de anotarlos ellas- balones de gol a sus compañeras, el primero, como decimos, a la zurda de Usurbil que marcaba uno de sus muchos tantos para encarrilar un encuentro en el que se pudieron probar muchas cosas. Sin ninguna duda, la conexión Eusko Label promete. Más aún si tienes como aliada en la primera línea a una Bea Puertas que, las cosas como son y, teniendo en cuenta que esto no ha hecho más que empezar, despliega un juego tan eficaz como espectacular, capaz de abaratar una entrada, como lo fue, por poner un ejemplo, una finta con la que engañó hasta el apuntador. A estas alturas, en el minuto diez, el partido iba cogiendo un claro tinte verde-amarillo (7-4) ante un Balonmano Loyola que jugó bien sus bazas sobretodo en los quince primeros. Sería con el paso de los minutos cuando el marcador abriría brecha (min 25. 15-9) a favor de unas jugadoras locales que hicieron uso de sus virtudes más significativas: la constancia y verticalidad de Valentina; la tercera, por decir una, juventud de Masha; la evidencia de que Carla Rivas roba pocas cortas en los juegos de mesa del equipo, pues nada más entrar al campo, para no perder los hábitos de la temporada pasada, interceptó con picardía un balón que permitía correr al contraataque, sin olvidar el criterio que aporta al juego; el buen y efectivo trabajo de Maite en la línea de los seis metros; la gran aportación en varias facetas de Lucía Ladrera; la seguridad de que la saga El Rey León nunca quedará olvidada gracias a las 'estampidas' de Taty Lozano que, si eres listo, te aconsejamos no ponerte delante. El que avisa no es traidor, todo potencia la leonesa. De esta forma, se llegaba al descanso con un holgado 18-10 que presagiaba una segunda parte que versaría por los mismos derroteros. Y así fue. El avance de los minutos siguió incrementando la distancia en el marcador (min 50. 25-13), acorde con el buen trabajo defensivo de Ángela López y su "ayer tocaba pivote"; el buen hacer y progresión de Lucía Carrascón; el desparpajo de Yumi; la aclimatación de Sara; y la recta perfecta para crear una muralla sportiana en una portería que rayó a un gran nivel: una base de arcilla traída de la misma Jumilla, unos buenos toques del mejor vino de Oyón que oxigenen el muro, y unos ladrillos forjados en las espectaculares cataratas argentinas del Iguazú. Así es, se lo que estáis pensando, el secreto está en la masa. Con todo, se iba poniendo punto y final (30-15) a un primer partido de pretemporada que advertía, siempre desde la cautela, el gran potencial del conjunto riojano. Lo que es seguro que el encuentro se saldó con nota, tanto por el resultado y las sensaciones, como simplemente por el hecho de poder disputarlo, hoy en día, no nos vamos a mentir, triunfo más importante. ¡Poco a poco, sin pausa pero sin prisa, los colores del GRAFOMETAL LA RIOJA vuelven a lucir por todo lo alto!
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August 2023
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